domingo, 29 de abril de 2012

Nubes.

Tengo todo y no tengo nada. Al final, nunca tengo nada... Me sumerjo, por instantes, en una realidad que no me pertenece. Me amarro a algún cuerpo y finjo, al menos para mi, que nunca más se alejara del mio. Que despertara mañana buscándome en su cama. Soñando y despertando conmigo... 
Creo, en mi imaginario, un mundo en el que, aquello que deseo, me desea y me pertenece. Que me encierra en sus pupilas y me permite asomarme en su parpadeo, sólo para constatar que el mundo gira, aun, sin mi presencia... 
Sueño que llego a los limites de mis metas. Que rompo, con una mirada, todo aquel bloque que interrumpa mis pestañas... Sueño que llego a tiempo. Sueño, y como todo sueño, despierto. Me despierto impuntual en la vida de aquel que, de haberme conocido antes, me habría dado todo... que, de conocerme después, se habría entregado, sin miedo, a mi maraña emocional... Impuntual. Impuntual en la vida de todo ser que he deseado poseer. Que he buscado mantener en los limites de mis locuras... que he perdido para el disfrute de alguien más.  
Impuntual en el destino. 
Tristemente impuntual en mi destino...

No hay comentarios:

Publicar un comentario