viernes, 29 de abril de 2011

jueves, 21 de abril de 2011

Su adiós.

Todo seguía. De vez en cuando se colocaba junto a su ventana para ver a las hormigas en su eterno caminar. Pero sólo hoy había reflexionado acerca de ello. Por primera vez se había dado cuenta de que, aun sin permanecer mirándolas, las hormigas seguían caminando. No hacia falta. No era un factor indispensable en la escena. No la necesitaban.
 Solía sentirse especial. Sentía que su presencia marcaba de forma indeleble todo lo que le rodeaba. Nunca pensó que llegaría el día en que alguien más le quitaría esa labor. Nunca se vio a si misma como un ente reemplazable. Como un "Producto de año", de esos que mientras empiezan a existir, ya hay otro mejor inventandose. Y ahora lo era.
Le resultaba ridícula la ironía de su vida. Siendo ella tan fácil de suplantar, ¿porqué no podía ser ella el remplazo de alguien mas?... No. Se sentía sin recursos. Se sentía vacía. Y eso la hacía darse cuenta que, a diferencia de ella, el resto de los seres capaces de amar, estaban llenos.
Todo seguía sin ella. Ya nadie la necesitaba... ni siquiera ella se seguía necesitando. ¿Porque no retirarse ahora mientras ya nadie la notaba? Sí. Este era el momento.
 

miércoles, 20 de abril de 2011

No más.

Tres bofetadas para mí. 
.
.
Que regrese mi ser oscuro que disfruta de su pico de viuda. 



Un nudo bien confeccionado y 

¡Recibanme de regreso!




La malicia de genero... 
esta por reinventarse.

Edición: O tal vez no ¬¬
...que débil me has hecho... 

Fragil.

De nuevo se encontraba en el mismo espiral sin salida que le provocaba nauseas. Trataba de escupir y deshacerse de lo que había creado en su inconsciente, pero le era imposible aniquilar los segundos de realidad vivida a su lado. 
Paula miraba sus paredes sudorosas, su ventana húmeda... se miraba a si misma y no lograba reconocer ni una parte de su piel. Se recordaba caminando por las calles, con su música imaginaria, con la mirada fija en el frente. Ignorando lo innecesario. Levantando las miradas que harían su día más llevadero. Paula se recordaba volátil ante los problemas. Centrada en ella, en su ser, en su equilibrio, en ser feliz. En fingir con precisión que lo era. 
Llevaba hora y media en la misma posición, sin la mas mínima intensión de mover un solo músculo a voluntad. Respiraba porque debía hacerlo. Movía ligeramente el cuello para tragar la saliva que sus lágrimas provocaban. Parpadeaba de vez en vez liberando, en justa medida, el liquido que su cuerpo ya no podía acumular. No buscaba moverse. En este momento, ni siquiera le preocupaba si algún día lo volvería a hacer.
Él se lo advirtió desde el primer momento en que la sintió perderse en su mirada. - No puedo amarte ahora Paula... quizá cuando olvide, quizá algún día. - Repitió con cierto humor, tratando de eliminar la tensión acumulada en cada centímetro de sus venas carcomidas - Quisiera, pero no puedo - Y ella sonrió mostrándole su fortaleza natural para cuestiones de aquello que, comercialmente, llamaban "amor".
Paula se sentía fuerte ante las situaciones sentimentales. Nunca había sufrido un mayor desengaño que la hiciera desear no sentir. Porque Paula padecía de aquella adicción, médicamente incurable, a las emociones. No podía dejar de experimentar sensaciones. No podía vivir sin ellas.
No sufría, a menos que deseara sufrir. No corría riesgos que la hicieran morir. Paula no corría. Una falla en su sistema la hizo conocerlo, mirarlo, besarlo. La hizo volar. Y ahora no encontraba la manera de bajar de aquel estado onírico, de salir de aquella estación. Sabía que ya no se encontraba elevada en su punto cumbre, al menos no desde una visión positiva. Sabía que toda vaga posibilidad de tenerlo a su lado un aliento mas, era improbable, imposible. Porque el había logrado algo que ella, quizá, nunca haría. Había decidido. Y en medio de esa decisión, Paula no resultaba beneficiada. 
Ahora Paula ha movido el primer músculo voluntario desde hacia hora y media. Paula ha apretado su puño, con tal fuerza, que ha sentido un nuevo liquido resbalar por sus dedos; sin embargo el dolor que esto le pudo provocar no ha logrado opacar en su mas insignificante expresión, el verdadero dolor que la transforma. Paula ha cerrado los ojos con fuerza y por primera vez en su vida, ha deseado con cada partícula de sus palabras, no volver a sentir.

martes, 12 de abril de 2011

Lilia 2

Dando segundos a mis suspiros...  
mordidas a mis palabras... 
sonrisas a mis pestañas... 


Cambias
todo, y no 
te das cuenta
... Mirame.

martes, 5 de abril de 2011

Ironías.


                               

Fotografía: Karen AMV
[Trabajo Diseño de cartel]