domingo, 29 de mayo de 2011

Mi frasco de cristal.

Cuando tenía 6 años descubrí, mientras miraba por mi ventana, que, no importando quien sea o en donde te encuentres, si le sonríes a una persona te responderá de la misma manera. Así fue como, de un día para otro, me convertí en coleccionista de sonrisas. Por muy molesta o triste que estuviera le sonreía a las personas que veía en la calle y la respuesta siempre me hacía sentir mejor...
Los días caminaron conmigo. Sentimientos que a medias conocía. Necesidades. Diferentes maneras de pensar. Catorce años. Misma técnica. Diferente, y aun mas agradable, resultado. Lo que antes era sólo una colección de sonrisas, evoluciono a algo más. A cierta edad y a cierto sector de la población, es difícil sonreír sin un subtexto de por medio. Algo más a conocer, acrecentando las incansables ganas de mostrar que, incluso con la mirada, la eterna sonrisa perdura.
Una acción. Innumerables beneficios. Y los segundos carcomiendo la comisura de mis labios. Recalcando en mi cerebro que todo cambia y me descubro a mi misma con tal lección olvidada, y me pregunto ¿por qué dejarla de lado? que me impide volver a sonreír por las calles atrayendo resultados positivos de todo ser que en mi mirada cae. Nada. Todo. Yo. Ese maldito mito que lucha por alcanzarme "Madurez"... ¿Alcanzarme? No. Prefiero seguir corriendo. Recuperar mi don y correr recogiendo sonrisas de extraños para meterlas en mi frasco de cristal. Para contemplarlas las noches en las que la soledad ataca. Las noches que duelen de mas. ¿Madurar? No. No es precisamente mi plan a corto plazo.

La Ruta 63

Escogí el asiento casi al azar. Había tenido un día cansado. Lleno de eventos pequeños sin relevancia alguna. De esos acontecimientos que al día siguiente ya no recuerdas. Un día echado a perder. Me sumergí en el duro asiento del camión, y trate de elevarme con la música que entraba desde el cable de mis audífonos, hasta los espacios más grotescos de mi cerebro. Suspiré. 

No sé en que momento desarrolle la afición por las ventanas de los camiones y el odio rotundo por ir del lado del pasillo. Quizá fue aquel día en que descubrí que, cuando uno ve por la ventana, puede imaginarse saltando techos y corriendo pastizales. No lo sé. Pero después de un día insignificante, ese repudio parecía remarcarse con cada centímetro avanzado. Cerré los ojos. No podía estar tan mal. Pero lo estaba. Los abrí con arrogancia y voltee hacia la ventana. Después de todo, quien dijo que sólo el que se sienta junto a ella tiene derecho a mirar hacia afuera. Nadie. Así que yo voltee hacia la ventana. Pero mi mirada no llego con éxito al exterior del camión... se detuvo en él. En aquel mal ser humano que usurpaba mi lugar. Aquel que, con los ojos cerrados, se intoxicaba con su propia música, moviendo sus labios con perfecta sincronía a mis parpadeos.  Lo mire hipnotizada por el largo de sus pestañas... por el palpable claroscuro de su piel. Lo mire.

Que perfecta estructura dramática podría crear si tan solo volteara a verme. Si notara mi sonrisa simulada debajo de mis pupilas oscilantes. Si respondiera mi mirada acosadora con una lenta sonrisa cargada de preguntas. Lo observe. Y espere. Espere el momento en que nos conectáramos. El momento en que conociera las silabas que forman su nombre. Que caminara con él por calles angostas. Por pastos enormes. El momento en que juntos saltáramos por las azoteas y cayéramos uno sobre el otro. 

Quería tener su rostro frente al mio. Eliminando las distancias. Detectando el aroma de cada uno de sus cabellos. Mordiéndome los labios por volverlo a ver. Quería y quería tanto con él. Todo con él. Deseaba cederle el ritmo de mi respiración. Tenía tantas ganas de entregar mis hilos a un nuevo titiritero... y él estaba ahí... con la perfección musical que siempre me ha amordazado.  Con la pasión perceptible de una vida ensangrentada.

Miró el techo y, en un efecto reflejo, voltee mi rostro hacía el frente. Preguntándome si me habría visto. Si sentía deseo de hacerlo. Tome el valor de mis palpitantes nervios y dirigí mi mirada de nuevo hacía él, fingiendo ver la ventana que, para este momento, había perdido total importancia. Sus ojos, ahora abiertos, reflejaban las orillas mas perdidas de su pensamiento. Eran como telas cafés que alguien había decidido manchar...quise besarlos. Quitar de ellos todo mal. Mostrarles lo bueno de mi oscuridad. Todo lo que puedo llegar a dar. Quería quitarle los ojos y enjuagarlos con los míos. Regresarselos empapados en mí. Porque si alguien no se enamora es porque no ve bien. Y yo necesitaba que él viera muy bien. Que me viera completa y me quisiera con todo.

Me perdí. Me perdí analizando sus sentidos de manera tan profunda que no pude moverme cuando atrapo mi mirada con la suya. Me quede ahí. Ahí sin respirar. Sin escuchar. Sin notar lo insistente en su rostro. Toco mi hombro y con un pequeño salto de ilusión vino mi entendimiento. Le cedí el paso y lo vi alejarse hasta la parte trasera del camión. Paro. Se bajo. Sin siquiera contemplar la posibilidad de besarme en una segunda oportunidad. Se bajo y descubrí que la misma canción había estado repitiéndose todo el viaje. Deslice mi mirada hacia el reproductor y lo apague con ironía. Lentamente fui retirando los audífonos mientras me acercaba a la ventana. No había techos por los cuales saltar, ni pastizales en los que quisiera correr... aventé los audífonos por la ventana y, ante la sorpresa de todos, comencé a reír con mis ojos mojados de soledad. 

...

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Me amas?

Me he enamorado de un www. Un www que me ha dicho las palabras que hace mucho deje de escuchar. Que deje de escuchar con la certeza de que no están vacías. Vacías como mucho de lo que me rodea. Que me rodea y existe, pero regularmente me deja sola.

Sola. Sola. Sola. 
Y que más da. Algún día me tenia que pasar.
www.karenteamo.com, vaya ironía... también Te amo yo.

martes, 10 de mayo de 2011

Duerme.

Me descuide, pensé de más. Para cuando regrese a mi conciencia, me encontraba balanceándome con lentitud. Deseando liberar mis emociones. Controlando mi adicción. Evitando mis impulsos. Todo para no recurrir al medio habitual. Demasiada evidencia existe ya de mi dolor...

Irónico y burlesco. 
Una actriz que huye a sentir cuando se sabe fuera de personaje. Cuando el sentimiento es propio.
...

Estas fechas...

Duerme.
No pienses.
No llores, no seas débil.
No la extrañes ¿Para qué?
No volverá.
No puede. 
¿Querría hacerlo?
No sé. 
¿Tu querrías volver?
 Cuando la pienso así..
Cállate.
Incluso quisiera irme. 
Duerme.
 Aléjate del viernes... niégalo.
No puedo 
Nadie te va a levantar esta vez.
...Duele 
Por favor, duerme...
Piensa en el teatro. 
Sólo en el teatro.
...
¿Y si sueño con ella?
Dile lo importante que es...
Ya duerme.
 Perdón... es que la extraño.
Ya sé... yo también

lunes, 9 de mayo de 2011

Así. Por tu causa.

Y de pronto se despierta mi instinto asesino... No lo freno. 
Lo libero en mi excitante imaginario. 

Y tengo ganas de ver su sangre corriendo... de beberla. De reírme mientras introduzco mi mano dentro de su cuerpo. Y saco uno a uno sus órganos blandos, húmedos...
Y le demuestro lo que es la oscuridad.
Oscuridad que presumía tener y de la cual renegó para que no la matara. Oscuridad que cohabita conmigo y sale, solamente, para crear malos sueños...
Y mojo mi rostro con su sangre caliente...Y arranco su boca con mis dientes para que no vuelva a besar jamas.
+
A besarlo a él.
+
A besar a nadie. 
Desprendo, con mi rabia, su rizado umbral y descubro como se despega la piel de su cráneo.
 Grito de rabia, de placer.
La observo destruida, carcomida por mi singular tortura pre y post mortem... Atravieso la viscosidad de sus ojos con mis uñas, manchas carmín de mi odio, de mis celos... Y azoto su cabeza contra la pared mientras canto aquella canción que jamas debió profanar... 
Mi risa. Sólo queda mi risa.
+

Antigüedades.

Sentí un fuerte dolor resurgir desde dentro. Estrellándose en cada poro que tocaste con tus manos. Obligándome a explotar en estas letras toda la sangre coagulada en mis venas. Tomando mi segunda arma de descarga emocional, comencé a escribir para ti, como tantas veces lo hiciste tu...
... 
Escuchaba el grueso hilo de tu voz atravesar el teléfono. Te hablaba sonriente, te animaba inquietante... Sin la mas mínima consciencia, el sabor de mis labios se cargo con mis lágrimas. Lágrimas que mi voz disfrazaba, que mi interior escupía para no ahogarse. Te colgué... ¿o fuiste tu el que lo hizo y yo nunca quise verlo? Me colgaste. Pero el timbre de tu voz se quedo prendado en mí. Repitiendo su nombre.

jueves, 5 de mayo de 2011

Me pregunto...

¿Y si nunca me vuelve a pasar?...
                                       

                          ...¿y si nada lo supera?
El Teatro... 
Claro, piensa en el Teatro... sólo en el Teatro.

Afuera y con mucho por dentro.

Soy encabronadamente egoísta y no me gustan los cambios que me acosan últimamente. Pero que se le va a hacer. Son y ya. Soy y ya. A propósito de esto, he estado pensando en el tiempo que desperdicio buscando apropiarme de lo que no es mío, y descuidando lo que si es. Así que he tomado la decisión de que, a partir de hoy, viajare con la mentalidad de que absolutamente todo es mío. Así es Señor Lector, me he decidido a alimentar mi bestia interna. Mi peludo monstruito egoísta. Lo alimentare e, incluso, lo vestiré de terciopelo.
... 
En otras noticias, me he convertido, por necesidad de personaje, en compradora impulsiva de bazares y tianguis; descubriendo el maravilloso mundo "underground" del que me había estado perdiendo toda mi vida. Una real maravilla. Los objetos viejos, gastados y robados de los bazares, son mi nueva obsesión oficial, después de todo un objeto con historia inspira más que el carisimo "Hecho en Taiwan".
... 
Teatralmente, Julia me tiene en "jaque". Julia, el personaje que más he deseado en mi vida y que mas trabajo esta costando conseguir. He de avisarle que, como ejercicio para conocer al personaje, se le prestara el blog de vez en cuando para que se venga a desahogar con unas cuantas letras. Buena escusa para presentársela y que, mas adelante, se interese en ver la puesta en escena.
... 
Me imagino que, si es usted asiduo lector de este "su humilde blog", se preguntara por qué he decidido escribir, de nuevo, algo con la etiqueta "Diario de vida", ya que regularmente no lo hago. La respuesta es sencilla y "bochornosa", he llegado tarde a mi clase de las 8 de la mañana, me han dejado afuera con una pequeña libreta y un lapicero ¿aja? Tiene una perfecta lógica. Prometo, por mi bien, no repetir mucho tal acción.
Ahora paso a retirarme aprovechando que han abierto la puerta, con su permiso, que este bien...