domingo, 29 de abril de 2012

Nubes.

Tengo todo y no tengo nada. Al final, nunca tengo nada... Me sumerjo, por instantes, en una realidad que no me pertenece. Me amarro a algún cuerpo y finjo, al menos para mi, que nunca más se alejara del mio. Que despertara mañana buscándome en su cama. Soñando y despertando conmigo... 
Creo, en mi imaginario, un mundo en el que, aquello que deseo, me desea y me pertenece. Que me encierra en sus pupilas y me permite asomarme en su parpadeo, sólo para constatar que el mundo gira, aun, sin mi presencia... 
Sueño que llego a los limites de mis metas. Que rompo, con una mirada, todo aquel bloque que interrumpa mis pestañas... Sueño que llego a tiempo. Sueño, y como todo sueño, despierto. Me despierto impuntual en la vida de aquel que, de haberme conocido antes, me habría dado todo... que, de conocerme después, se habría entregado, sin miedo, a mi maraña emocional... Impuntual. Impuntual en la vida de todo ser que he deseado poseer. Que he buscado mantener en los limites de mis locuras... que he perdido para el disfrute de alguien más.  
Impuntual en el destino. 
Tristemente impuntual en mi destino...

viernes, 20 de abril de 2012

Sumergida.


Y de pronto me descubro ahogándome. Llenándome de agua los ojos resecos. De imágenes, los ojos perdidos. Y me atraganto con suspiros, de quien sabe que ilusión, que no logré culminar... que mate en medio de la oscuridad de mi mente dislocada. Mi mente descubierta ante una realidad que siempre tuvo frente a ella... Que deseó ignorar. Que fingió no soñar. 
Me descubro riendo de mi misma por la estúpida ilusión de ser tan leve y volátil, como lo son muchas... Leve para ver sólo tu cuerpo e ignorar lo que tu aliento me daba. Lo que tus ojos me mostraban de ti... Volátil para convertirte sólo en un recurso a disfrutar en momentos ocultos. En tardes obscenas de mi piel fundiéndose en la tuya... leve y volátil como no pude ser... como no sé ser... como nunca podré ser... 
Me descubro queriéndote ahora que sé que ya no estas... que no estarás. Que no podré, siquiera, volver a disfrutar de tu sudor en mis manos. Volver a dormir abrazada a tu cuerpo... 

A tocar ese negro cinturón...

Quisiera...

... rasparme la piel hasta quitar cada marca
                                                                de tus huellas digitales...

viernes, 13 de abril de 2012

Sí. Acepte.

Sabía mis desventajas. Mis probabilidades de quiebre. De autodestrucción. De terminar reventando cada vena de mi cuerpo al pensarte ajeno. Al imaginarte tocándola como me tocas. Hablándole como me hablas... Conocía las condiciones del juego y lo negativas que podrían pintar, en un futuro, para mis nervios dislocados. Para mis sueños contracturados. Para mis imagenes ideales de una expectativa lejana e imposible... Conocía el contexto pero, sobretodo, me conocía a mi. A mi que no soporto, siquiera, que otros ojos brillen por el que brillo yo. A mi, que no me concibo con alguien que no me sienta su centro, su eje, su todo. A mi que me gusta entregarme con intensidad, únicamente, si estoy segura de que domino la situación... de que soy yo quien manda y ordena cada movimiento con los gestos de mis ojos, de mis labios...Y aun siendo así, posesiva y celosa, sucumbí ante la idea de hacerte mio. Mio sin el derecho de nombrarte nunca como tal. Mio, sólo por el placer infinito de tenerte, intermitentemente, al alcance de mis labios... de mis manos. De mis ojos que desean tus pupilas enamoradas... 

Y dije sí. Dije sí y acepte tus condiciones... 
haciéndote creer que tu también estabas aceptando las mías.

jueves, 5 de abril de 2012

Ahora cierro mis ojos...

Y entonces me encuentro en medio de una situación que sólo llegue a soñar. A imaginar. A desafiar con mis letras insinuantes. Letras jamás leídas por ti, y aun así, seguidas, con tal precisión, como si hubieras memorizado cada una de ellas. Ahora es que me encuentro sola, contando las horas, para volver a tener tu imagen frente a la  mía. Ahora es que me cuestiono por no saber reaccionar ante tus ojos enamorados. Por no haber arrebatado de tu boca, ese beso que me ofrecías con la mirada. Ese abrazo que me insinuabas con el movimiento de tu cuerpo. Tu cuerpo alineado a mis deseos, a mis antojos, a mis noches de sueños contigo. Sueños que, aun despierta, te llevaban a calles de mi mano, a mares frente a nuestros ojos, a tardes efímeras con sabor a café...
Y me imagino el sabor de tu boca, el color de tus besos... la entrega que hacía mi hubieras tenido, de no ser porque la gente nos miraba... Me imagino nuestro encuentro privado. Nuestras almas desnudas. Mi mente descubierta ante esos ojos que, por tanto tiempo, supuse míos. Que por tantos días espere que hablaran. Que cumplieran lo que la gente rumoraba. Y no lo creo. Y me emociono. Me emociono porque hoy sé que es verdad. Porque estoy segura de que también sueñas conmigo... que deseas pasar tus últimos meses, posibles, lo más cerca de mis poros.... de mis ojos. De mis labios que buscan besarte. Que buscan tocar tus suspiros...
Y ahora, ahora es que pienso en ella. Tu "ella". Tu ella que te espera sabiendo que la amas. Que la extrañas. Ahora es que sonrío y la pienso inferior. Por debajo de tus deseos. De tus anhelos. De tus más grandes ensoñaciones con un futuro ideal... Y al mismo tiempo la veo tan por enorme... tan cerca de ti. Tan segura y colocada en tu futuro. Es ahora que te temo a su lado. Que te deseo lejos de ella, de sus manos, de sus labios. Sus labios que me roban los besos que ni siquiera he llegado a probar... Es ahora que te pienso sin ella; aunque de sobra sabemos que no pasara. Porque, lo leo en tus ojos, y sé, que al final sera ella quien mirará tus manos tocando cuerdas por una eternidad. Ahora. Ahora es que finjo que sólo me gustas... que no siento nada y que acepto tenerte por episodios en rincones escondidos.
Ahora es que cierro mis ojos y te pregunto ¿Te imaginas como sería? ¿Cómo sería de habernos conocido antes? Yo lo pienso a menudo... Yo te pienso constante.
Cierra tus ojos.
Borra su imagen. Busca la mía...
Y a ella...
A ella olvídala hasta que debas irte.