domingo, 30 de enero de 2011

Actuando...

Y entonces tu mirada me sonríe. Y yo me pierdo. Como si nada importara. Como si temiera que al dejar de mirarte, la sonrisa de tus ojos desvíe su dirección.
 Te miro con los ojos cerrados y pienso en lo poco que sé de ti. En el nulo conocimiento que tienes de mí. Conozco mis posibilidades para dañarte. Mucho. Pero se que puedo, que quiero, que temo amarte.
Me abrazas. Y entonces el ritmo acelerado, que te provoca tenerme cerca, se hace presente. Logrando un sólo sonido. Juntando tu latir con el mio.
 Siento tu aliento a tal cercanía que me deshidrata las ganas de hablar. Que me provoca besarte hasta que el tiempo me lo impide... hasta que comprendo que no seria correcto.
Tengo miedo. Mas de hacerte mal, que de ser lastimada. Tengo miedo. Debería alejarme... pero, la realidad es que, no quiero perder nada. Tu escencia. Tu ser. Mi Yo cuando te pienso.
Te conocí por casualidad. Te conocí por el simple azar de elegir entre la multitud. Te conocí porque debía conocerte.

viernes, 28 de enero de 2011

Adios.

Seque mis lagrimas con el filo de aquella navaja que nunca encontraste. Me encargue de clavarla en lo mas profundo de mi piel, deslizando el frío metal con la lentitud precisa, suplantando dolor por dolor. Dejándome viva, para matar el recuerdo. Contando las gotas. Jugando con ellas.
     El filo salió de entre mi piel dejando que la calma llegara entre las lagrimas conclusas... Casi podía imaginarme sonriendo, caminando por las calles de tu casa sin la necesidad de buscarte en tu ventana azul. Aquella ventana que antes fuera mía... Por fin te había matado. Ya no pensaría en ti.